Tipos de pavimento para una casa

Cuando se reforma una casa uno de los partes más importantes y que más hay que considerar son los suelos. Hoy en día hay muchísimos materiales y muchas opciones duraderas y resistentes para que tu casa luzca preciosa.

Una opción muy resistente que aísla de la temperaturas y cuya absorción de agua es mínima es el suelo porcelánico. Este tipo de suelo es capaz de replicar la apariencia de otros materiales como la piedra, la madera o el mármol, consiguiéndola estética deseada por el cliente. Se puede instalar en cualquier espacio de la casa, pero por su resistencia y aislamiento es optimo para las cocinas y los baños.

Los suelos cerámicos, o suelos de gres, son fáciles de mantener y limpiar, antideslizantes, resistentes con gran variedad en el mercado. Se usan, sobre todo en cocinas y baños, pero se pueden colocar en toda la casa.

Algo más clásico es el suelo de baldosa hidráulico, un tipo de superficie que nunca pasa de moda. Este pavimento se elabora con cemento prensado. Es muy resistente y duradero. Tienen diseños muy bonitos y recuerdan a casas antiguas. Se puede instalar tanto en interior como en exterior.

Pavimentos  más económicos

Los suelos laminados son los que están formados por varias capas de distintos materiales sintéticos y el la superficie se coloca una fotografía de madera, mármol, piedra…. Cualquier material de se desee. Es un suelo muy resistente, y tanto su instalación como su mantenimiento es muy fácil.

Un pavimentos muy económico, resistente y buen aislante térmico es el vinílico. Estos están compuestos principalmente de PVC.  El suelo de vinilo es una solución económica, práctica y fácil de instalar, además de resistente al agua y las manchas.

Aunque suene un poco antiguo, el linóleo se sigue usando. Son una solución económica ecológica y sostenible. Instalar suelo de linóleo es muy rápido y fácil, simplemente se encola una capa de 2 a 4 mm al suelo ya existente sin necesidad de obras.

Suelos clásicos

Los suelos de madera presentan la opción de elegir el tipo de madera y color que más guste: pino, haya, roble, nogal, fresno y muchos otros más. Este material es cálido y confortable. Es un material ecológico y sostenible, aunque más caro que otros. Es uno de los mejores suelos para casas y, por tanto, uno de los preferidos por muchos. Y es que, salvo en la cocina o baño por la humedad, es perfecto para cualquier zona de nuestra vivienda.

La tarima flotante es el tipo de suelo que se coloca sin tocar el suelo. Puede ser tarima o laminado. Al no estar pegada al suelo, la tarima flotante aísla muy bien del frío y del calor.

Suelos duraderos

Una alternativa natural y original es el suelo de piedra natural. Es el más resistente a cualquier condición, su mantenimiento es muy fácil y es para toda la vida. Además, cuenta con una variedad de tonos y texturas muy amplia. En su contra tienen que es, quizá el material más caro y más difícil de colocar, pero es una opción que dura eternamente. Sirve tanto para interior como para exterior.

Una opción más económica que la piedra natural es el suelo de cemento pulido o microcemento. Se puede poner sobre cualquier suelo ya instalado (a excepción de parqué y tarima) y su acabado es liso y continuo, por lo que evita las posibles filtraciones. El microcemento y cemento pulido son impermeables y antideslizantes y, si se instala correctamente, no se agrietan ni se fisuran. Su mantenimiento es muy sencillo si se tiene cuidado de no usar productos abrasivos como la lejía o los ácidos.

La resina epoxi es una opción más moderna. Aunque suele tener un uso industrial, cada vez son más los arquitectos y diseñadores que eligen este suelo para viviendas. Entre sus principales características podemos destacar su impermeabilidad, durabilidad y resistencia. Además, se puede aplicar sobre otro tipo de materiales, su instalación y mantenimiento son fáciles y su acabado es muy limpio y liso. Es adecuado para cualquier zona de la vivienda.