gotele

Si el gotelé está hecho con pintura plástica el tema se complica

Hasta hace unos años casi no había casa en España que no estuviera pintada con la técnica del gotelé. Afortunadamente, los tiempos cambian y también las modas, y cada vez son más personas que deciden quitar este tipo de decoración de sus paredes.

Para un profesional este trabajo es relativamente fácil, pero muy laborioso y bastante sucio.

Se comienza remojando las paredes (si la pintura aplicada es temple), y se va retirando todo el gotelé con espátulas. Hay que hacerlo con cuidado para no dañar la superficie de la pared.

Si el gotelé está hecho con pintura plástica el tema se complica un poco, ya que hay que emplear decapantes que no siempre consiguen quitar todo. Entonces hay que lijar bien la pared para eliminar todos los restos que puedan quedar de esta pintura.

Una vez retirado todo el gotelé hay que revisar la pared para arreglar los pequeños desperfectos, en incluso para maestrearla, ya que puede ser que no sea perfectamente lisa.

Se le aplica una capa de selladora, se lija de nuevo para dejarla lo más plana posible y, a continuación, ya se puede aplicar el tratamiento que se desee.

Alternativas al gotelé

Pintar una pared lisa ya es mucho más fácil y más agradecido. Elige el color y el acabado que quieres, y los pintores te dejaran la casa como nueva.

Otra opción es poner papel pintado. Instalar este acabado no es tan fácil como parece. Que quede perfectamente cuadrado, si tiene dibujo y que además no salgan burbujas es trabajo de profesionales. El papel pintado no es un material barato, así que mejor no desperdiciar nada.

Últimamente se habla mucho del papel vinílico. Cuenta con muchas ventajas. Entre ellas, la de soportar muy bien la humedad, por eso está recomendado para cuartos de baño y cocinas. Es un papel muy resistente a las agresiones y se puede limpiar con agua, lo que lo hace también ideal para las habitaciones de niños.  Otra ventaja de este material es que es muy fácil de retirar, lo que le hace un material ideal para a la gente que se aburre rápido de la decoración.